martes, 21 de marzo de 2017

la llorona

Se conoce que la leyenda de la llorona ha atravesado casi toda América Latina y se ha propagado en boca en boca, de generación en generación, con versiones diferentes unas a las otras. Pero, ¿Será cierto lo que se cuenta en esta historia?
En México, se dice que la historia tiene inicio a las cercanías del Lago Texcoco, cuando una mujer indígena se enamora desesperadamente de un español muy guapo, apuesto y amable. Él era un hombre con cabello oscuro, con bastante rudeza y una sonrisa que le ayudaba a conquistar a cual mujer se le atravesara; si éste quisiera.
Esta señorita poseía una increíble belleza, tenía el cabello oscuro, unas facciones únicas que encantaban a más de una persona. Ella también tenía un rosto angelical y un cuerpo muy bien formado, con atributos femeninos muy bien definidos. Se cuenta que todos los hombres ansiaban tener su mano, pero ella se negaba pues ninguno de sus pretendientes cumplía con sus expectativas.
Un día, mientras que la joven, que hoy la conocemos como la llorona, se encontraba en las orillas del río lavando la ropa, que habitualmente era una de sus labores favoritas, ya que le permitía estar en contacto con la naturaleza, el sol y el agua cristalina del río,  el misterioso hombre del que ella se enamoró, apareció de la nada. Inmediatamente sus miradas se cruzaron y este caballero,  lanzando miradas con destellos de felicidad, caminó hasta donde ella se encontraba.
La saludó amablemente, a lo que ella respondió con una dulce y tierna sonrisa. Hablaron largo tiempo se contaban pasajes de su vida, intercambiaban sonrisa, roces y besos, y ella  cayó presa del amor. Luego de varios meses de relación intensa y de un romance apasionado, ya no podían estar separados. El tiempo en esta relación y  tuvieron tres hijos, los cuales la mujer cuidaba con mucho amor y cariño, tal y como una buena madre lo hace con sus hijos.
Pasado algún tiempo, resulta ser que el español del que se había enamorado la llorona, era una persona infiel, deshonesto, a quien que le gustaba enamorar a las mujeres con su sonrisa de oro. Aunque la mujer deseaba que su relación se formalizara y que se casaran de inmediato, no fue así. Ella muchas veces habló con él y siempre la evadía, recordemos que ambos vivían juntos. Nunca quiso reconocerla como su esposa, a pesar de tanto amor que le profesaba. Así que el decidió abandonarla y  después de su partida, pasaron varias semanas antes de que volviera a escuchar de él.
Se conoce que la el hombre español, a quien ella amaba mucho, contraería matrimonio con una mujer de alta alcurnia dentro de unos cuentos meses. Esto le destrozó el corazón, estaba destruida, dolida, llena de rabia. Fue entonces que la llorona llevó a sus hijos, los tres frutos de su amor, que inocentemente la siguieron,y sin remordimiento alguno, los ahogó a las orillas de río. Al recapacitar y viendo lo que había hecho por despecho, la mujer tomó su vida, ahogándose también y se convirtió en lo que hoy conocemos como la llorona.
En la actualidad y sin duda alguna todavía se escuchan los lamentos de esta mujer arrepentida por siempre, una alma en pena, que jamás logra descansar y que todavía pregunta por sus hijos en las calles más oscuras de la ciudad de México. Los que corren la mala fortuna de toparse con ella aseguran que está vestida completamente de blanco. Cuando sus lamentos se escuchan, es que está más cerca de lo que parece. “Ay, mis hijos, ay mis hijos” es el llamado que se escucha según cuenta la leyenda de la Llorona.

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